Eligen a Argentina para probar las dos vacunas chinas: cómo son y a que 320 argentinos les toca

El Gobierno podría llegar a un acuerdo con dos empresas farmacéuticas chinas para probar vacunas experimentales de COVID-19

 

El Gobierno anunciaría que las vacunas experimentales contra el COVID-19 de los laboratorios Sinopharm y CanSino se probarán en el país. Sin embargo, todavía falta la confirmación oficial. Los ensayos de la vacuna se sumarían a los de la Universidad de Oxford y AstraZeneca, y el de Pfizer.

La alianza con los laboratorios de China facilitaría el acceso a dosis en el futuro. Pedro Cahn, el infectólogo argentino, anunció que “todavía está en discusión”.

“En 48 horas va a haber novedades sobre las vacunas chinas”, anunció Ginés González García, el ministro de salud. “Estamos trabajando intensamente con China. Nosotros queremos mucho a los proveedores de vacunas; queremos que haya disponibilidad para todos los argentinos a partir de acuerdos con proveedores, sobre todo quienes están en la punta del desarrollo”, dijo en televisión.

Según informaron fuentes oficiales chinas, ya está aprobada la realización de pruebas clínicas de tres vacunas candidatas para la neumonía COVID-19. La farmacéutica Sinopharm junto a la empresa estatal National Biotec Group anunciaron que la vacuna costará US$ 144 y se comenzará a comercializar luego de la fase 3. La vacuna se produce en Emiratos Árabes Unidos.

Según un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association, la vacuna experimental de Sinopharm es “segura y generó una respuesta inmune”. La investigación tomó como muestra 320 personas entre 18 y 59 años.

Todas las vacunas deben pasar por tres fases antes de ser lanzadas al mercado. En la fase uno, se prueba la seguridad de la vacuna. Se prueban diferentes dosages en un grupo de personas sanas para crear una respuesta inmunológica con una dosis muy pequeña para no crear efectos colaterales. Una vez que los científicos han establecido la fórmula de la vacuna se pasa a la fase dos en la que se ensaya el funcionamiento de la vacuna. En este momento miles de personas son inyectadas con la vacuna.

Por último en la fase 3, se inyectan millones de personas. Esta es la fase más larga. Luego de la fase 3, se comienzan a construir fábricas para manufacturar vacunas a lo grande. WHO y las agencias gubernamentales aprueban su fabricación y su promoción.

Durante la fase 3, la vacuna deberá recibir la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Sin embargo las agencias de control nacionales de cada país deberán encargarse de regular y certificar la vacuna antes de su distribución en el territorio.

Esta semana, la biofarmacéutica china CanSino Biologics Inc. recibió la aprobación de Pekín para continuar los trámites de patentación de la vacuna. Comenzará la fase 3 de pruebas en Arabia Saudita. CanSino entabla conversaciones con Rusia, Brasil y Chile para continuar la fase 3.

“No me parece que tengamos una vacuna disponible antes de fin de año. Antes de ese tiempo puede estar aprobada en fase 3 y fabricada. No creo que la tengamos disponible antes del primer trimestre”, señaló el ministro de salud.

En Argentina (y a nivel global), los grupos vulnerables serán vacunados antes de tener la aprobación y las regulaciones gubernamentales necesarias: esta urgencia quedó englobada en una cláusula de uso de emergencia. La producción masiva de la vacuna experimental de Oxford en Argentina comenzará en diciembre de este año. Harán en un principio 100 millones de dosis. Se espera que en diciembre 2020 se comiencen a vacunar adultos mayores, trabajadores de salud, obesos mórbidos y personas con patologías previas.

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